22 de set. 2007

Esquí de fondo y la Corrida 21 y 22 de enero

El sábado día 21 nos levantamos tempranito, ¡nos íbamos a esquiar!. A las 7 de la mañana habíamos quedado en la gasolinera de la C-58 y nos retrasamos 5 minutillos ¡los semáforos!. Emprendimos el camino hacia las pistas de Tuixen-La Vansa y gran parte del trayecto lo hicimos de noche. Pasado Manresa y un rato antes de llegar a Solsona, empezó la niebla, que no nos abandonó hasta casi pie de pistas. ¡Me ahorré de ver los precipicios!. Pasado Sant Llorenç de Morunys y a medida que íbamos subiendo la niebla se disipó y llegamos a Tuixen con un tiempo estupendo: hacía un sol precioso. Antes de empezar nuestro día de esquí era necesario cargar pilas, así que desayunamos y luego a hacer cola para los forfaits y el material. Todos nos atrevimos con el esquí de fondo:
Como éramos novatos, el primer contacto con el esquí de fondo fue una pista verde, y realizamos TODOS el circuito sin demasiados problemas, aunque el tiempo empleado fue considerable: aprovechamos para mirar el paisaje (¡vaya excusa!).
Hicimos una segunda ronda y Jose (Paco calvo para los amigos) se atrevido con una pista azul de 5 Km. y además convenció al otro Jose (el mío) para que lo acompañara en una segunda incursión. Las mujeres nos quedamos con los niños y el calor de las autos, y preparamos la comida. Los maridos deportistas llegaron a las 16:30 muertos de hambre y hechos polvo (aunque no lo quieran reconocer, ya no tienen edad para excesos).
Después de devolver el material, comer un buen plato de macarrones y tomar un café calentito, emprendimos la bajada. La carretera estaba bastante bien, aunque empezaba a esconderse el sol y pronto se helaría. El camino era distinto al de ida y después de dejar atrás Sant Llorenç, nos dirigimos hacia Berga, ¡vaya carretera! Estuvimos casi 2 horas de curvas, menos mal que las niñas estaban dormidas. Llegamos a Berga sobre las 7 y después de comprar para la cena, vimos que la carretera estaba bastante despejada. Así que emprendimos la marcha hacia Puig-Reig para pasar la noche allí. Fuimos a parar justo donde se celebraba la fiesta al día siguiente, era un lugar tranquilo e iluminado. Aparcamos y empezamos a preparar la cena, y después a dormir, que habíamos madrugado y el cuerpo ya no daba para más.
El domingo empezó a las 6: un primer petardo nos anunciaba que la fiesta estaba cerca. Y a las 7 nos lo volvió a recordar otro. Y a las 8. A las 9 el aviso fue más sonoro: una traca. Cruzamos la calle y fuimos hacia el puesto habilitado para el reparto de butifarras, blanca y negra, calentitas, y Jose, además, nos trajo churros. Lastima que el día estaba tapado y el frío era considerable, no pasamos de 3 grados en toda la mañana. En el descampado que teníamos al lado estaban los burritos que nos acampañaron durante nuestra estancia en Puig-Reig.
En la plaza Nova estaban concentradas las actividades de La Corrida que se organizaban ese día. Durante la mañana hubo una demostración de elaboración de embutidos y pudimos ver como se hacían artesalmente las butifarras, la llonganissa y todos los productos que se pueden elaborar con el cerdo. Los niños jugaron un rato en el parque y mientras esperábamos la cercavila, aprovechamos para acercarnos a la iglesia del pueblo: hay dos edificios, uno más moderno y muy original, y otro antiguo que creo recordar era del siglo XII (¿?).
Cuando bajamos ya estaban el hereu y la pubilla esperando al banderer en la puerta del ayuntamiento. Se hizo la entrega del estandarte al banderer y empezó la cercavila: los caballos, burros y percherones estuvieron acompañados por los gigantes del pueblo y varias bandas y coblas ponían la música al desfile.
Después compramos coca para la merienda y escuchamos un poco las sardanas mientras los niños jugaban otro ratito en el parque.
La mañana ya había pasado, así que ya tocaba preparar la comida. Los primeros fueros la juventud y para que los padres pudiéramos comer un poco más tranquilos, después los “encerramos” en una autocaravana. La sobremesa de los mayores se juntó con la merienda de los pequeños y terminamos todos juntos comiendo coca.
Después, ya sólo nos quedaba recoger y esperar la próxima salida, ¡que ganas que llegue el fin de semana!